La chinampa es un método de cultivo que se utilizaba por los antiguos mexicanos con el objeto de extender el territorio en los lagos y lagunas del valle de México y en las que cultivaban flores y verduras. Hacia 1265, la civilización Mexica padeció una muy importante escasez de alimentos, entonces el Tlatoani Acatonalli, propuso al consejo de los ancianos una técnica para enfrentar la situación, la cual consistía en ganar terrenos al lago con rellenos de limo (barro o légamo mezclado con restos orgánicos y vara. Así nacieron las primeras chinampas en la región lacustre del valle de México para producir maíz y diversos cultivos, tanto para el autoconsumo y el mercado local. Las chinampas representan un sistema que permite conservar las áreas lacustres que, a su vez, son un complejo ecosistema con efectos benéficos sobre el clima y la calidad del aire de la ciudad de México. Actualmente, en México, aún sobreviven las chinampas.
La palabra chinampa, proviene del náhuatl chinampan, que significa “en la cerca de cañas”, siendo un sistema artificial de cultivo, construido en zonas donde el agua es el principal recurso natural presente en el medio. Las chinampas son pequeñas islas cercadas con ahuejotes, árboles que soportan el agua y mantienen la chinampa firme sobre el lago. Existen dos tipos de chinampas, la de tierra adentro, que se sitúa en las orillas y es regada mediante canales, y la de laguna, que se construye sobre el agua.
Los terrenos de cultivo de las chinampas se caracterizan por aplicar un método de producción intensiva. Las técnicas que permiten esto son una tierra rica en materia orgánica con gran cantidad de nutrientes y minerales. Existe una relación de equilibrio aire-agua, donde el manto freático debajo de la rizósfera proporciona agua constante, en donde el lago mantiene una temperatura más constante que en las zonas aledañas.
El sistema de chinampa es una de las tradiciones milenarias de cultivo que ha permanecido hasta nuestros días gracias a la transmisión del conocimiento entre personas y familias mexicanas dedicadas a la agricultura.
Hoy, de acuerdo a la FAO (organización de agricultura y alimentación a de las Naciones Unidas), la chinampa es un sistema histórico adaptado para enfrentar las limitaciones hidrológicas y climáticas y la presión de la alta demanda de alimentos de la ciudad.
Este sistema en la actualidad ha sido reconocido por la FAO, como parte de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), que forma parte de los sistemas importantes de patrimonios agrícolas alrededor del mundo, enfocados en proteger a los paisajes que combinan los ecosistemas sostenibles con la biodiversidad agrícola. La zona declarada como patrimonio agrícola mundial comprende dos mil 215 hectáreas, en donde alrededor de 12 mil 500 personas se dedican a la agricultura cultivando hortalizas y flores, principalmente.
De esta forma, la FAO, considera a las chinampas como un ejemplo —a seguir a nivel internacional— e incentiva su réplica como una alternativa para mitigar la pobreza alimentaria y el cambio climático. De acuerdo a información de la FAO, se puede cultivar cinco veces al año en una chinampa y una de las grandes ventajas de este sistema agrícola, es que se puede hacer dentro de grandes ciudades, convirtiéndose en una gran opción para ofrecer alimentos nutritivos, orgánicos y de alta calidad.
En el estudio denominado agricultura en chinampas, herencia cultural del mundo proveniente de las zonas de Tláhuac, Xochimilco y Milpa Alta, proporcionado por la FAO, se establece que es de vital importancia proteger estos sistemas agrícolas ancestrales:
“Estos sistemas constituyen la base de las innovaciones y tecnologías agrícolas actuales y futuras. Su diversidad cultural, ecológica y agrícola es aún palpable en muchas partes del mundo en las que se conservan como sistemas singulares de agricultura.”
Producción agrícola
En la actualidad se producen más de 50 especies agrícolas domesticadas, principalmente hortalizas, plantas aromáticas, medicinales y de ornato, entre las que se encuentran: espinacas, acelgas, rábanos, calabazas, maíz, col, coliflor apio, lechuga, verdolagas, kalé, quelites, colinabo, zanahoria, tomate verde, betabel, chiles, cebollin, perejil, cilantro, epazote, romero, hierbabuena, flores de calabaza, geranio, petunia noche buena, cempasúchil, entre otras.
Secado solar: tecnología para brindar un valor agregado
Los productos deshidratados ofrecen muchas ventajas, la más importante es alargar el periodo de conservación y disponer de los alimentos en cuanto se requieran, además de la disminución del peso. Se pueden obtener diferentes presentaciones: hojuelas, barras, ralladuras y polvos (facilitando su mezclado), en función de las condiciones del mercado.
Son pocos los ejemplos de procesamiento local de los alimentos en las chinampas, solo algunas conservas y secado natural de plantas medicinales y aromáticos. Se considera que el secado en particular solar, podría contribuir a dar un valor agregado a los productos y mejorar la actividad económica y social de los productores.
Secado solar
A diferencia del secado a cielo abierto, las tecnologías de secado solar, ofrecen un mayor control de las variables del proceso, mayor capacidad de producción y un mejor control sanitario. Existen muy diversas tecnologías, y la selección dependerá del tipo de producto a secar, de capacidad de producción, de la calidad organoléptica, entre otras.
El Laboratorio de Secado Solar del Instituto de Energías Renovables de la UNAM, durante casi más de 25 años de actividad, ha adquirido experiencia en el secado de varios productos: cereales, frutas, vegetales, plantas aromáticas y medicinales y algunos deshidratados de carne y camarón. En particular: zanahoria, betabel, jitomate, col, chiles: serrano, habanero, chilaca, guajillo, poblano, piquín, tomatillo, calabaza, cebolla, arroz palai, café, perejil, cilantro, epazote, romero, hierbabuena, hojas de apio, cascaras de cítricos, plátano, manzana, pera, mango, piña, mamey, chico zapote,
Caso de estudio: flor de cempasúchil
El sistema de chinampa produce una cantidad importante de la flor de cempasúchil, en México se tienen 35 de las 55 variedades conocidas. Su uso básico es para la conmemoración del día de los muertos, sin embargo, tiene muchos beneficios medicinales, antihelmíntico, aromática, digestiva, diurética, sedante y beneficios estomacales: combate el empacho, diarrea, cólicos, bilis, indigestión, dolor de muelas y se usa en lavados intestinales.
Sus usos gastronómicos son variados, en la elaboración del pan de muerto, cremas, tortas en salsa, paletas y helados, ensaladas y se aprovecha en infusiones y en forma de harina. Adicionalmente se amplía su uso debido a su alto contenido de carotenoides, principalmente luteína, que es un pigmento natural que se utiliza para elaborar alimentos para aves, peces y crustáceos, mejora el aspecto de la carne y las yemas de huevo.
La flor de cempasúchil puede representar un potencial importante para contribuir al mejoramiento económico de las comunidades de las chinampas, mediante el otorgamiento del valor agregado debido al proceso de secado y la obtención de colorantes naturales.
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